
En Puerto Rico somos peloteros de corazón, y no me refiero al juego del béisbol. Nuestro gobierno es un equipo super estrella en el juego de la pelota.
En una encuesta reciente, Caribbean Business, Radio WOSO y Gaither preguntaron a un grupo de 1,238 individuos lo siguiente: "Si usted tuviera el poder de erradicar un problema que afecta a la Isla con tan sólo apretar un botón, ¿cuál problema sería?". De los entrevistados, 34.4% contestaron 'Criminalidad'; 22.1% contestaron 'Administración del gobierno y gastos públicos'; 13.7% contestaron 'Tráfico de drogas'; 11.3% contestaron 'Salud pública'; 5.9% contestaron 'Educación'; 5.3% no respondieron a la pregunta; 3.9% contestaron 'Otro'; 0.6% contestaron 'Sobrepoblación'; y tan sólo un 2.9% contestaron 'Status'.*
El status es la pelota por excelencia del gobierno. Si la mayoría de los puertorriqueños entiende que hay problemas más urgentes que resolver en la Isla que el issue del status, ¿cómo es posible que una gran cantidad de los fondos públicos vayan al cabildeo y a campañas relacionadas con un asunto que no pretende resolver ni la criminalidad, ni la mala administración del gobierno, ni el tráfico de drogas? Es más, si el status es un non-issue para muchos de los ciudadanos, ¿por qué los partidos políticos inscritos bajo la CEE continúan definiéndose en base a ese asunto?
La semana pasada estuve en el cine y tuve la oportunidad de ver la más reciente campaña publicitaria del Departamento de Educación promoviendo el programa de Escuela Abierta. Junto con el Departamento de Recreación y Deportes, el Departamento de Educación pretende combatir la deserción escolar mediante Centros Escolares de Formación Deportiva para "impartir destrezas deportivas y recreativas en diferentes disciplinas en el horario extendido"-iniciativa que el Departamento considera una de las más importantes para el año 2006. El issue de la deserción escolar se asimila al issue del status en que, aunque amerita ser atendido, no ataca la raíz del problema. En el caso del Departamento de Educación, el problema es claro: el sistema de educación pública de Puerto Rico no sirve. Las cifras son desastrozas: un 52% de los puertorriqueños no es competente en español, 50% no es competente en inglés y el 54% no es competente en matemáticas.**
Luego de haber anunciado que para la primera semana de mayo, el Departamento de Educación no contará con los fondos para pagar los sueldos de 66,000 de sus 75,000 empleados ni para costear servicios básicos de infraestructura, ¿no es acaso un anuncio donde el Prof. Aragunde patea una pelota de soccer al aire y el deportista Bernier la atrapa con la punta de su espada--mientras niños saltan alegres a su alrededor--una manera simpática de mejorar la imagen pública del Departamento, su Secretario y la administración de la cual forman parte? En un momento donde supuestamente los fondos son escasos, ¿no resulta sorprendente que se estén gastando miles de dólares en pautas de cine para promover un programa que se enfoca en horas fuera del salón de clases? Una oferta deportiva durante el horario extendido, aunque interesante, no logrará que los posibles desertores se sientan motivados a permanecer en el salón de clases todos los días de 8 am a 3 pm si la educación que reciben allí es pobre, si no cuentan con la infraestructura apropiada, si los maestros deciden no ir a clases, o si no cuentan con el apoyo de un orientador que le interese su desarrollo personal y académico.
El presupuesto del Departamento de Educación es el segundo más alto en el presupuesto gubernamental. Para el 2006, el presupuesto consolidado recomendado a la OGP asciende a $3,232,126,000, de los cuales $3,207,376,000 son para gastos operacionales y $24,750,000 para mejoras permanentes. Además, la agencia cuenta con $124,449,000 adicionales en fondos federales, de los cuales $56,461,000 corresponden a aumentos en Fondos Título I. Sin embargo, más escuelas continúan cerrando y la tasa de deserción escolar continúa aumentando.
Atentos a las pelotas que utiliza el gobierno para mantenernos distraídos mientras continúa la mala administración y el despilfarre de los fondos públicos. Los ciudadanos y estudiantes del sistema público se merecen más respeto. Los estudiantes necesitan escuelas saludables, un transporte público eficiente que los ayude a llegar a sus escuelas a tiempo cuando los padres no puedan llevarlos, incentivos académicos y profesores comprometidos y bien preparados para atender las necesidades de los estudiantes. Los ciudadanos queremos un gobierno menos burocrático, con una administración más transparente, y un uso sabio de los fondos públicos. Si el gobierno no funciona, no hay reforma contributiva que valga; con una educación pública deficiente, el puertorriqueño carecerá de un gobierno que nos ayude a sacar los pies del plato.
Conoce como una organización sin fines de lucro en Puerto Rico está ayudando a combatir la deserción escolar mediante su programa de desarrollo y liderazgo en educación visitando la página de Sapientis. Encontrarás el link en el sidebar a mano derecha.
*CARIBBEAN BUSINESS, "Crime remains the single most-feared problem on the island," 23 Mar 2006, p. 22.
**Según el Censo 2000 http://www.census.gov y "Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico" suministradas por el Departamento de Educación de Puerto Rico año escolar 2002-2003. Fuente: www.sapientis.org.