lunes, febrero 27, 2006

De boquetes y lagunas

Hay dinero para construir pero no para mantener...

¿Y qué pasa en Puerto Rico que todo está tan mal planificado?

Recientemente estuve en el Tren Urbano y ya es visible la necesidad de mantenimiento: bombillas fundidas, plafones salidos, escalators que no funcionan--eso a sólo nueve (9) meses de su inauguración al público.

Se invierten cientos de millones de dólares en infraestructura nueva y no dejan presupuesto para los inevitables 'tune-ups'.

Por cierto, hablando de 'tune-ups', los otros días llevé mi carro a Western Auto después de haber caído en semejante boquete en la carretera. El impacto de la caída fue tal que logró zafar la batería del carro de su sitio hasta terminar completamente volcada junto al starter. El mecánico que me atendió quedó tan impresionado que hasta tomó fotos con su teléfono celular. Luego me informó que de milagro estoy vivo.

Así fue que empezamos a hablar del problema de boquetes y lagunas en Puerto Rico, y me dijo, con una sonrisa de esquina a esquina, que los mecánicos, las distribuídoras de piezas de auto y los dealers de la Isla están haciendo su agosto.

Hmmm...

¿A quién le conviene que se arreglen las carreteras? ¿A la industria automotriz que está festejando el aumento en ganancias por reparaciones? Dudoso. Pero ciertamente sí a los dueños de automóviles que interesan prolongar la vida de su auto y poder pasear de forma placentera sin el tambaleo y jaques constantes de caer en tanto boquete. Y quizás a los políticos que interesan postularse para el próximo cuatrenio.

Hay $137 millones disponibles para la reparación y repavimentación de carreteras, informa la edición de hoy de El Nuevo Día, pero "de poco sirve", dicen los líderes regionales de United Auto Workers que alegan una insuficiencia de empleados y de herramientas necesarias para poder llevar acabo esta obra.

Y entonces, ¿qué procede? ¿Perder los fondos al estilo del D.E.? ¿Entrar en contratos privados de naturaleza dudosa para llevar acabo las reparaciones que termine en el beneficio de intereses privados y no de los ciudadanos?

Pero ¿de quién es el problema sino de los ciudadanos, que en su gran mayoría se recuestan--ya sea por vagancia o por ignorancia-- y le dan la vista larga al asunto? Mientras, siguen desperdiciando su dinero, el dinero de todos.